Relaciones que agotan: cuando amar se vuelve una forma de cansancio
Hay relaciones que nutren, sostienen y despiertan ganas.
Y hay otras que… bueno… te dejan emocionalmente como si hubieras corrido una maratón sin haber entrenado nunca.
La relación sigue, pero vos te apagás.
¿Qué es una relación que agota?
No hace falta gritos ni violencia explícita.
El desgaste puede venir en versiones más sutiles:
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Dar siempre más de lo que recibís.
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Adaptarte al estado emocional del otro.
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Quedar atrapada en la culpa si querés un límite.
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Sentir que sos la terapeuta de tu pareja.
Y una frase clásica:
“Yo sé que me hace mal, pero no puedo irme.”
Dependencia emocional: el anzuelo invisible
La dependencia emocional no es debilidad: es la herida activa de una historia donde el cariño estuvo condicionado, intermitente o ausente.
La lógica interna es:
“Si dejo esta relación, ¿quién me va a querer? ¿Y quién soy yo sin esto?”
Un territorio conocido, pero no por eso sano.
Señales de dependencia emocional
1. Miedo extremo al abandono
Incluso cuando la relación ya no da nada.
2. Vivir pendiente del estado anímico del otro
Como si fueras un barómetro humano.
3. Idealización
Pensar en que podría ser, no lo que es.
4. Justificar lo injustificable
“El problema soy yo.”
(Generalmente, no.)
¿Por qué seguimos en vínculos que agotan?
Porque reproducimos lo conocido.
Lo que dolió en la infancia se vuelve familiar en la adultez.
Un vínculo desigual puede sentirse “normal” cuando el amor de la infancia también lo fue.
¿Cómo trabajo estas dinámicas en terapia?
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Identificamos el patrón emocional que se repite.
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Exploramos la historia afectiva.
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Trabajamos los límites y la autonomía psíquica.
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Desarmamos el miedo a estar sola/o.
No se trata de cortar:
se trata de entender para poder elegir.
Cuando es hora de pedir ayuda
Si la relación te desgasta más de lo que te sostiene, no es amor es otra cosa .Y eso sí tiene salida.
Si te sientes asì puedes dar el dar el primer paso agendà tu consulta !

