Qué sucede en una sesión de Psicoterapia Psicoanalítica?

En el psicoanálisis, el encuentro entre paciente y analista no es una conversación convencional, sino un espacio singular donde se trabaja en la exploración del mundo emocional y los conflictos inconscientes del consultante. Para que esto sea posible, es fundamental la interacción entre dos principios clave: la asociación libre, por parte del paciente, y la atención flotante, por parte del analista. Ambos términos definidos en la teoría Freudiana forman parte de la metodología psicoanalítica y le otorgan a nuestra práctica profesional rigor científico.

La asociación libre permite el fluir de pensamiento ya que desde la perspectiva psicoanalítica, se invita al paciente a hablar con total espontaneidad, expresando cualquier pensamiento, emoción, fantasía o recuerdo que surja en su mente, sin censura ni selección aunque no tenga una lógica inmediata. La clave está en no filtrar el contenido por considerarlo irrelevante o absurdo, ni tampoco estructurarlo de manera premeditada.

Sin embargo, para que esta apertura sea posible, es necesario que el analista propicie un espacio libre de juicios o expectativas. Es aquí donde entra en juego la labor del analista, quien, a través de su disposición y actitud, facilita que el paciente pueda expresarse con libertad.

Para recibir y procesar el material del paciente, Freud propuso el concepto de atención flotante, una forma de escucha que evita priorizar ciertos contenidos sobre otros y que busca mantener una receptividad abierta. Según Freud el analista debe atender todo lo que el paciente dice con la misma disposición, sin seleccionar lo que aparentemente resulta más importante.

Escuchar en análisis va más allá de las palabras no se limita solo a las palabras, incluye silencios, gestos y omisiones así como también la forma en que el paciente se vincula con el analista. Este modo especial de relacionamiento que el paciente establece con su analista fue categorizado por Freud como transferencia. Además, es fundamental que el terapeuta evite imponer una dirección al discurso del paciente, interpretar de manera apresurada o intervenir de inmediato La contratransferencia tiene también un rol importante en el proceso analítico, ya que el terapeuta no solo debe atender el discurso del paciente, sino también observar sus propias reacciones emocionales ante el material que emerge en sesión. Las señales contratranferenciales indican algo importante sobre la dinámica inconsciente del paciente.

Freud ya había señalado que la escucha analítica trasciende la consciencia, permitiendo que el inconsciente del analista capte aspectos inconscientes del paciente y luego los traduce en interpretaciones. Existe por lo tanto una resonancia «de inconsciente a inconsciente» que constituye una comunicación única y auténtica en el trabajo analítico.

En suma:

La interacción entre la asociación libre y la atención flotante es la base del proceso analítico. Mientras que el paciente es invitado a expresarse sin restricciones, el analista se entrena para escuchar sin prejuicios ni intervenciones prematuras, permitiendo que el inconsciente de ambos entre en contacto. Solo a través de esta actitud receptiva es posible generar un espacio donde el paciente pueda explorar su mundo interno con libertad y profundidad, facilitando así el proceso de transformación psíquica.

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